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viernes, 1 de agosto de 2014

Valle de Núria, observación de muflones entre valles glaciares

Muflones, rebecos y marmotas fueron reintroducidos en el siglo XX.

Durante siglos, peregrinos y vecinos (también los primeros esquiadores) llegaban al santuario de Núria por la espectacular senda que remonta la escarpada Garganta de Núria tras 4 horas de subida desde el bello pueblo de Queralbs. Es el llamado “Camí vell” y se trata sin duda de una de las rutas montañeras más emblemáticas del Pirineo. Su trazado es compartido también por el GR11 a su paso por estas montañas del Pirineo de Girona. Aunque la ruta a pie es más que recomendable, el cremallera de Núria ha facilitado notablemente el acceso a estos valles glaciares. La ruta a pie tiene tres variantes (por el Puente de Cremal, por Daió y por el Roc del Rui) y se puede emprender en sentido de ida y vuelta o combinar con el cremallera. El tren cremallera, por su parte, tiene cuatro estaciones (Ribes Enllaç, Ribes Vila, Queralbs y Núria), y se trata de un recorrido de 12,5 km. que hará las delicias de cualquier pasajero (y especialmente de los más pequeños) pues es uno de los trenes panorámicos de montaña más espectaculares del continente.
Lago y Santuario de Núria.

Lirio pirenaico


Existen múltiples senderos por el entorno de Núria, como la propia senda Transpirenaica de Gran Recorrido (GR11 y GR11.8) o el internacional Transfronterizo (TRF) pero existen paseos y rutas más cortas que conducen a enclaves de gran interés en el valle, como el Camí del Bosc, el Camí de les Creus, el Camí de la Creu d’En Riba, Camí del Llac, Camí del Canal, o el Camí de Les Coves. Entre los puntos de mayor interés en la zona del santuario están el Coll i Turó de la Creu d’En Riba, el mirador del Via Crucis, el mirador de l’Alberg, el Bosc de la Verge, el Torrent de les Molleres, peu del Canal de l’Ortigar, Bosc de Sant Gil, Mirador del canal, la Cova de Sant Gil, el Canal de la coma de les Perdius, etc. uno de los paseos más sencillos, idóneo para ir con niños muy pequeños, es la senda que da la vuelta al lago de Núria, de aguas oscuras y limpias donde vive la trucha autóctona.

Remontando la garganta de Núria en el cremallera.


Los paisajes rocosos de gneis, esquistos, mármoles, pizarras, etc. que dominan la garganta se alternan más arriba con prados altimontanos y bosques formados sobre todo por pino negro con sotobosque de rododendros, enebros, arándanos y gayubas. Crecen en las solanas también matorrales de piorno y enebro. En primavera y en verano las prímulas, gencianas y una larga lista de flores llenan de color el valle de Núria. Entre todas ellas destacan el lirio pirenaico consuelda amarilla -símbolo del valle-, la pastorcilla, el aster alpino, el narciso de los prados y la hierba tora.

Cremallera de Núria.

El santuario se encuentra en el llano de Núria, en la confluencia de dos valles glaciares, justo antes de la abrupta garganta. Un paisaje esculpido hace miles de años de años en sus rasgos principales cuando las lenguas de hielo llegaban casi hasta Queralbs y que se sigue moldeando a diario por la acción de los agentes erosivos (viento, lluvia, nieve, hielo, etc.). El último máximo glaciar pirenaico fue hace 60.000 años, en el Pleistoceno. Como resultado, el entorno de Núria permite contemplar altas cumbres pirenaicas como el Puigmal (2.911 m.), el Pic de Finestrelles (2.828 m.), el Pic de Noufonts (2.861 m.) o el Pic de la Fossa del Gegant (2.808 m.) que dominan respectivamente los valles glaciares de l’Embut, Finestrelles, Eina, y Les Molleres. Todos forman los dos valles glaciares principales por donde corren los torrentes de Finestrelles y de les Molleres antes de unirse en el llano de Núria, donde se encuentran el santuario y el lago, para formar el río de Núria, que desciende vertiginoso por la garganta de Núria.

En el estany de Núria vive la trucha autóctona.


Junto al santuario y la estación del Cremallera se encuentra el interesante Centro de Interpretación del Valle de Núria, una primera visita imprescindible para conocer la historia y el patrimonio cultural y natural del valle.

Garganta de Núria.

Núria ofrece una de las experiencias en la naturaleza más gratificantes como es la posibilidad de observar muflones –entre otras especies de fauna- en un entorno glaciar de fácil acceso. La presencia del muflón (Ovis orientalis subsp. musimon), como la del rebeco o la marmota, se debe a las acciones de recuperación durante el siglo XX de especies que se habían extinguido en la zona. Se observan con las primeras luces del día, pastando tranquilos en las praderas. Si se sienten amenazados, no dudarán en buscar refugio rápidamente en zonas escarpadas, donde se mueven a la perfección gracias al diseño de sus pezuñas. Se trata de un mamífero ovino que alcanza una altura de cruz de 65-75 cm en las hembras y de 70-80 cm. en los machos, con un peso de 25.35 kg. y 35-55 kg. respectivamente. Es relativamente pequeño, con una longitud total de 120-140 cm. Destaca su poderosa cornamenta (sólo en los machos) que es una de las características más notables de la especie. Se trata de cuernos permanentes o verdaderos cuernos, formados por una estructura epidérmica queratinizada hueca. Las cuernas de los cérvidos tienen un origen óseo y no son huecas sino que están formadas por hueso. Son cuernas caducas que se caen y renuevan cada año.

Muflones


El hábitat idóneo para observar muflones y rebecos se encuentra entre los 2.400 – 2.800 metros de altitud, en los prados del piso alpino. Los rebecos o isards son más pequeños y, a diferencia del mufón, están emparentados con las cabras. Cualquiera de las muchas rutas senderistas y caminos que se mueven por esa cota altitudinal en el entorno de Núria ofrecen una buena oportunidad de observarlos, especialmente a primera hora de la mañana. El mirador de l’Alberg, uno de los más populares debido a su proximidad al albergue y al telecabina, es otro buen punto de observación.

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