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domingo, 31 de mayo de 2015

Sierra de Grazalema, mosaico botánico mediterráneo

Ruta del pinsapar de Grazalema

El parque natural Sierra de Grazalema se extiende a lo largo de 51.695 hectáreas por el extremo sur de Andalucía, con algo más de dos terceras partes de su superficie situadas en la provincia de Cádiz y el resto por tierras malagueñas. Su geología se caracteriza por calizas y dolomías de notable empaque, con las cimas más altas de Cádiz como techo (El Torreón; 1.654 m.) con formaciones geológicas propias de estas superficies como simas, grutas, cuevas, dolinas, navas, desfiladeros, etc.
Bosque mediterráneo.

En el subsuelo del parque destaca por ejemplo el complejo Hundidero-Gato, la cueva más larga de Andalucía donde reside además la mayor población de murciélagos de España, que supera los 100.000 individuos.

Pero sobre este sustrato sobresale sin duda el apartado botánico de la sierra. Las condiciones ecológicas marcadas por una continentalidad del clima, con un verano seco y caluroso pero con una alta, altísima pluviosidad el resto del año (con más de 2.300 mm. anuales es el punto donde más llueve de la península Ibérica) permiten el desarrollo de una magnífica representación de vegetación mediterránea con tupidos bosques de encinas, alcornoques, quejigos, y algarrobos, a los que acompañan otros árboles como acebuches, arces, etc. y  arbustos como el majuelo, el madroño, el lentisco, la aulaga, con interesante cortejo florístico de plantas aromáticas y especies como la amapola de Grazalema, jaras blancas, eléboros, peonías, rubias, etc.
Paisajes calizos de la Sierra del Endrinal, en Grazalema

Pero sin duda la especie más emblemática de la sierra y responsable en buena medida de su declaración como parque natural en 1984 (Reserva de la Biosfera en 1977) es la presencia del Pinsapo, una especie de abeto mediterráneo de excepcional importancia, con copa piramidal y acículas que crecen en disposición helicoidal. Este árbol llega a alcanzar los 20-25 metros de altura y una longevidad superior a los 600 años. Su principal formación boscosa se encuentra en la vertiente septentrional de la Sierra del Pinar, donde la humedad que necesita se mantiene incluso en verano. Imprescindible la ruta del Pinsapar.
Matagallo en flor


En los cursos fluviales destacan los bien conservados bosques de galería formados por olmos, sauces y álamos. Estos bosques de ribera presentan una buena cobertura de trepadoras, helechos, musgos, etc. que dan aspecto selvático a recorridos como el de la ruta del curso alto del Río Majaceite. Es un recorrido sencillo, de 5 kilómetros (2 h.) entre Benamahoma y El Bosque. Es una ruta en la que encontraremos a orillas del río construcciones ligadas al agua (recomendable la visita al Ecomuseo del Agua en Benamahoma, junto al  nacimiento del río) como batanes, piscifactoría y molinos envueltas en el hilo musical del trino de ruiseñores, oropéndolas, mirlos, lavanderas, currucas, etc.
A primera y última hora de la tarde, con suerte, podemos tener el encuentro de excepción con uno de los  habitantes del río: la nutria.
Curso alto del río Majaceite, en Benamahoma.

Al final de este recorrido se encuentra el Jardín Botánico “El Castillejo”, en la localidad de El Bosque. Una visita imprescindible para conocer más sobre la flora de este parque natural.
El Echium florece entre marzo y julio

Recorrer el parque natural Sierra de Grazalema en busca de su flora es acercarse a un paraíso botánico donde crecen más de 1.375 taxones diferentes, es decir, más del 25% de las especies de la flora española y más de la mitad de todas las que crecen en Andalucía Occidental.


Os recomiendo el hotel Villa de Grazalema, que además está muy bien situado para las rutas mencionadas.

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