Tocar la luz del Sol con la mano a través de la observación directa
del astro rey es algo que no se puede hacer todos los días. Es complicado
explicar la sensación de calor-frío que se tiene al “tocar” el Sol. Sólo las
caras de sorpresa y las risas delatoras de incredulidad que los niños y mayores
tienen al vivir esta experiencia en el parque de los Telescopios denotan que es
una experiencia no se olvida.
Esto es posible gracias a los sofisticados instrumentos de observación
que el parque de los Telescopios, uno de los recintos del Parque Astronómico Montsec (PAM), alberga para poder realizar
observaciones en directo del Sol. Su luz es proyectada en una pared a través de
diferentes ópticas y poder así “enfriarla” hasta conseguir una temperatura que
permita “tocarla” sin quemarnos. También se puede realizar la observación en
tiempo real (bueno con el desfase de unos segundos que tiene siempre cualquier
observación solar) de las manchas solares, pudiendo ver las llamaradas y
explosiones en el borde exterior, etc. Impresionante.
Estas son sólo algunas de las maravillas que una visita al Parque
Astronómico Montsec, en Àger (Lleida),
permite. Estamos sin duda ante el mejor
cielo de Cataluña, el mejor lugar para realizar observaciones del universo tanto
diurnas como nocturnas. Así lo demuestran diferentes estudios hechos sobre la
calidad del cielo, la contaminación lumínica, las precipitaciones, etc. antes
de la instalación del Centro.
Además del mencionado Parque de
los Telescopios (con un telescopio catadióptrico de 40 cm ., un telescopio
refractor de 15
centímetros , un celostato para observar el Sol y una
serie de telescopios portátiles), el Parque Astronómico Montsec cuenta con una exposición permanente donde conocer
desde los orígenes del universo hasta la formación del sistema solar, así como
los recursos y patrimonio naturales de la Sierra del Montsec, y el llamado Ojo del Montsec, un planetario digital
multimedia que reproduce el cielo en cualquier momento y que cuando su cúpula
se abre… ofrece todo el espectáculo del
cielo en directo.
Se realizan visitas guiadas diurnas y nocturnas (mejor previa reserva)
y existe una visita diferenciada para el público general y para las familias.
Os dejo la cita de Joan Oró que encontraréis a la entrada del Centro de
Observación del Universo y que seguro, después de la visita, nos hará verla con
más convencimiento aún si cabe: “Una sola Terra en el Sistema Solar. El seu
futur està en les vostres mans”.
Congost de Mont-rebei
Cerca del PAM se encuentra uno
de los desfiladeros mejor conservados de España. Por su interior no existen
ni carreteras ni tendidos eléctricos, sólo las paredes (con casi 500 metros de
verticalidad) y el agua del río Noguera Ribagorçana que lo ha labrado y que
separa ambas paredes –la izquierda orográfica en Cataluña y la derecha natural
en territorio aragonés-, en algunos puntos por apenas 20 metros . Recorrer este
desfiladero es posible gracias a la senda tallada en la roca (cuidado con los
niños pequeños en la parte más aérea del recorrido).
Una senda de herradura que permite cruzar de norte a sur la Sierra del
Montsec, la primera gran formación del Prepirineo catalán, y abre a los ojos un
mundo de paredes y roquedales en el que crecen plantas rupícolas como la oreja
de oso (foto) y la corona de rey o anidan aves tan emblemáticas como el
quebrantahuesos, el águila real, el halcón peregrino, el búho real y donde
podemos ver también chovas piquirrojas, chovas piquigualdas o el alimoche como
máximo exponente alado de los visitantes estivales. En el agua la reina es la
nutria, que comparte protagonismo con anfibios como el tritón pirenaico.
Desde hace muy poco, al final del desfiladero se han instalado una
serie de escaleras horizontales en la pared de Aragón que permiten ascender en
zig-zag por la orilla contraria y realizar de forma circular un recorrido que
antes era sólo de ida y vuelta. Esta espectacular escalinata forma parte del Camino Natural de Montfalcó al Congost de
Mont-Rebei.
La entrada al desfiladero en la parte catalana se realiza desde El
Pont de Montanyana mediante una carretera que conduce hasta el aparcamiento
donde se inicia la ruta a pie (La Masieta). El primer tramo del sendero es por
paisaje abierto, buscando la compañía del río de aguas algo turquesas, que
enseguida encuentra y acompaña hasta la entrada al desfiladero. Unos sólidos puentes
colgantes dan un toque de aventura a la ruta.
Antes de llegar a la pared donde crecen hierbas y algunos endemismos
rupícolas, la senda se abre paso por una vegetación más bien mediterránea
formada por encinas, robles quejigos, etc. y un denso sotobosque. Desde La
Masieta hasta el final del desfiladero se tarda algo menos de 2 horas. Es una
ruta fácil con 125 metros
de desnivel.
El Congost de Mont-rebei en su vertiente catalana pertenece a la
Fundación Catalunya-La Pedrera que gestiona un buen puñado de espacios
naturales de gran valor en Cataluña. Ya os conté algo en el post dedicado al
Delta del Ebro y no será el último espacio de esta fundación que visite, pues
tengo previsto vivir en primera persona la experiencia de ver las grandes
rapaces carroñeras en la Montaña de Alinyà o de conocer el centro Mon Natura
Pirineos. Ya os contaré más adelante…
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