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martes, 18 de noviembre de 2014

Islote de Lobos



Los quince minutos de navegación que separan el puerto de Corralejo del islote de Lobos, al norte de Fuerteventura, me van metiendo en harina. A bordo del barco que realiza este viaje regular varias veces al día durante todo el año, navego este brazo de mar conocido localmente como “el río” –el canal de la Bocaina- y voy dejando a la derecha el sistema dunar de Corralejo, una ondulada línea blanca de arena y fondo de volcanes con la que hasta 1994 compartía gestión dentro del mismo espacio natural protegido. Desde esa fecha el islote de Lobos y las dunas son dos parques naturales diferentes.


A medida que me acerco al muelle del islote el color de agua va cambiando su tonalidad. Tonalidades más bien, pues son varias las gamas de azul y verde que adquiere en el entorno de Lobos. Desde un azul intenso a un verde esmeralda. Esto dice mucho de la pureza del agua y la riqueza del fondo marino. Si bien el parque natural protege toda la superficie de la isla y es eminentemente terrestre, el protagonismo lo tiene una especie marina: la foja monje. Las últimas focas monje de canarias desaparecieron en los años 20 del siglo pasado. Lobos toma su nombre de la antigua presencia de este amenazado mamífero marino en el islote.


Otras especies marinas interesantes son las aves como la pardela cenicienta, el águila pescadora, la pardela chica, el paíño común, el petrel de Bulwer o la gaviota patiamarilla, entre otras. Importantes son también las aves migratorias, que encuentran en la isla –sobre todo en Las Lagunitas- un buen lugar de parada.


Tras poner pie a tierra en el muelle, la primera visita ineludible es el centro de visitantes. Después la opción más recomendable, ya sea a pie o en bicicleta, es realizar el sendero que da la vuelta a la isla, con paradas en los lugares más emblemáticos e interesantes: la playa de la Concha, la Caldera de la Montaña, el faro de Martiño –desde donde Lanzarote, a 8 km, parece tocarse con la mano-, Las Lagunitas y El Puertito. A lo largo del recorrido, que lleva poco más de 1 hora a pie y es llano (fácil), veremos los valores naturales de la isla: saladares, jable de los hornitos, tabaibales del malpaís y la biodiversidad de la vegetación halófila y hoyas salitrosas. Destacan los hornitos freatomagmáticos y 130 especies diferentes de flora con endemismos como la Siempreviva de Lobos.
El sendero está balizado como GR.131 y forma parte del Camino Natural que cruza la Fuerteventura desde Corralejo hasta Punta de Jandía.



El Puertito es el lugar idóneo donde descansar, a la espera de la hora de salida del barco de regreso, y disfrutar de los colores casi irreales del agua. Un magnífico lugar donde darse un baño y conocer algo más el fondo practicando snorkel.

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