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lunes, 23 de noviembre de 2015

Por los hayedos de Redes


Hablar del bosque de Redes es hablar del hayedo asturiano por antonomasia. En muchas ocasiones encontramos referencias al hayedo de Redes como una entidad propia, pero no se trata de una mancha boscosa continua, no es un solo bosque de hayas, en definitiva. En las montañas del parque natural y Reserva de la Biosfera de Redes crecen varios hayedos y, lo que si podemos  concretar, es que aproximadamente las tres cuartas partes de las 37.803 hectáreas de este espacio protegido están cubiertas por hayas (Fagus sylvatica). Que no es poco.

Es cierto que el haya no es el mejor compañero con quien compartir bosque. Pocas, muy pocas, son las especies que aguantan las extremas condiciones de humedad ambiental que el haya requiere para vivir. De hecho el hayedo es un bosque monoespecífico en el que, amén de algún acebo o serbal de cazadores disperso, llama la atención la ausencia de estrato arbustivo. Es lógico dado que bajo las hayas el suelo se encuentra casi encharcado.

El árbol ha sido diseñado para que así resulte ya que lo que necesita es mucha agua en el sustrato donde desarrolla sus raíces. Son raíces superficiales, no muy profundas pero si expandidas cual tela de araña por la superficie del sustrato. Existen hayas que brotan en fisuras de rocas siempre que tengan agua disponible. ¿Agua en forma de lluvia? Sí, pero no necesariamente; de hecho lo que al haya más le gusta es la humedad en el ambiente; sus condiciones vitales idóneas son vivir envueltas en la niebla. Esa es la humedad que prefiere. Lo que hace es atrapar esa humedad ambiental en sus hojas internas y conducirla hacia su tronco extremadamente liso para facilitar que el agua resbale hacia la base del tronco, donde se encuentran las raíces. Las hojas periféricas del haya tienen la misión fotosintética principalmente, pero las internas están más destinadas a la captación de esa agua del ambiente. Por ello crecen dispuestas casi horizontalmente, con ligera caída en diagonal para que el agua resbale hacia el tronco. Con esta disposición, la luz casi no penetra en el interior del bosque generando una vez más duras condiciones para la supervivencia de otras plantas.
El haya es un árbol de crecimiento lento pero bastante longevo. ¿Su peor enemigo? las heladas. Por sus requerimientos ambientales crece en zonas de umbría (generalmente en laderas septentrionales) y, aunque tolera bien el frío, no resiste las heladas.

En estas condiciones de altísima humedad ambiental es donde mejor  crece el haya y, por el contrario, donde menos plantas son capaces de acompañarla en el viaje de la vida. El haya está más presente en la parte oriental de Asturias ¿por qué? porque allí el clima es más regular en cuanto a esas lluvias y nieblas durante todo el año. Los veranos en el occidente son más secos (el roble se adapta mejor).

Redes se encuentra en el sureste asturiano, en los concejos de Caso y Sobrescobio. Estos bosques atlánticos, especialmente los maduros, son el hábitat idóneo para el gran señor alado del bosque, el urogallo cantábrico. Lamentablemente se pueden contar con los dedos de una mano los ejemplares del bello gallo de bosque que todavía subsisten en el corazón de los bosques de Redes. Sin duda tuvieron tiempos mejores, pero esperemos que los proyectos de recuperación y mejora del hábitat de la especie den sus frutos. En ellos se mueven ciervos, corzos, lobos y osos. También pájaros carpinteros como el pito negro o el pico mediano. Y no sólo crecen hayas en Redes, también robledales, abedulares, etc.


Si tenéis pensado acercaros a este hermoso parque natural asturiano para disfrutar de sus hayedos os recomiendo hacerlo a finales de primavera o mejor aún en otoño. Pocas especies arbóreas derrochan tal despliegue cromático como el  haya. Y a las hora de elegir qué bosque del parque disfrutar os recomiendo: las orillas del embalse de Tañes, y los bosques que crecen en la parte alta de la Ruta del Alba, y en los entornos de Caleao, Bezanes, Pendones y Tarna. 

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