Hablar del bosque de Redes es hablar del hayedo asturiano
por antonomasia. En muchas ocasiones encontramos referencias al hayedo de Redes
como una entidad propia, pero no se trata de una mancha boscosa continua, no es
un solo bosque de hayas, en definitiva. En las montañas del parque natural y Reserva de la Biosfera de Redes crecen varios hayedos y, lo que si
podemos concretar, es que aproximadamente
las tres cuartas partes de las 37.803 hectáreas de este espacio protegido están
cubiertas por hayas (Fagus sylvatica).
Que no es poco.
Es cierto que el haya no es el mejor compañero con quien
compartir bosque. Pocas, muy pocas, son las especies que aguantan las extremas
condiciones de humedad ambiental que el haya requiere para vivir. De hecho el
hayedo es un bosque monoespecífico en el que, amén de algún acebo o serbal de
cazadores disperso, llama la atención la ausencia de estrato arbustivo. Es
lógico dado que bajo las hayas el suelo se encuentra casi encharcado.
El árbol ha sido diseñado para que así resulte ya que lo que
necesita es mucha agua en el sustrato donde desarrolla sus raíces. Son raíces
superficiales, no muy profundas pero si expandidas cual tela de araña por la superficie
del sustrato. Existen hayas que brotan en fisuras de rocas siempre que tengan
agua disponible. ¿Agua en forma de lluvia? Sí, pero no necesariamente; de hecho
lo que al haya más le gusta es la humedad en el ambiente; sus condiciones
vitales idóneas son vivir envueltas en la niebla. Esa es la humedad que
prefiere. Lo que hace es atrapar esa humedad ambiental en sus hojas internas y
conducirla hacia su tronco extremadamente liso para facilitar que el agua
resbale hacia la base del tronco, donde se encuentran las raíces. Las hojas
periféricas del haya tienen la misión fotosintética principalmente, pero las internas
están más destinadas a la captación de esa agua del ambiente. Por ello crecen dispuestas
casi horizontalmente, con ligera caída en diagonal para que el agua resbale
hacia el tronco. Con esta disposición, la luz casi no penetra en el interior
del bosque generando una vez más duras condiciones para la supervivencia de
otras plantas.
El haya es un árbol de crecimiento lento pero bastante
longevo. ¿Su peor enemigo? las heladas. Por sus requerimientos ambientales
crece en zonas de umbría (generalmente en laderas septentrionales) y, aunque
tolera bien el frío, no resiste las heladas.
En estas condiciones de altísima humedad ambiental es donde mejor crece el haya y, por el contrario, donde
menos plantas son capaces de acompañarla en el viaje de la vida. El haya está más
presente en la parte oriental de Asturias ¿por qué? porque allí el clima es más
regular en cuanto a esas lluvias y nieblas durante todo el año. Los veranos en
el occidente son más secos (el roble se adapta mejor).
Redes se encuentra en el sureste asturiano, en los concejos
de Caso y Sobrescobio. Estos bosques atlánticos, especialmente los maduros, son
el hábitat idóneo para el gran señor alado del bosque, el urogallo cantábrico.
Lamentablemente se pueden contar con los dedos de una mano los ejemplares del
bello gallo de bosque que todavía subsisten en el corazón de los bosques de
Redes. Sin duda tuvieron tiempos mejores, pero esperemos que los proyectos de
recuperación y mejora del hábitat de la especie den sus frutos. En ellos se
mueven ciervos, corzos, lobos y osos. También pájaros carpinteros como el pito
negro o el pico mediano. Y no sólo crecen hayas en Redes, también robledales, abedulares,
etc.
Si tenéis pensado acercaros a este hermoso parque natural
asturiano para disfrutar de sus hayedos os recomiendo hacerlo a finales de
primavera o mejor aún en otoño. Pocas especies arbóreas derrochan tal
despliegue cromático como el haya. Y a
las hora de elegir qué bosque del parque disfrutar os recomiendo: las orillas
del embalse de Tañes, y los bosques que crecen en la parte alta de la Ruta del
Alba, y en los entornos de Caleao, Bezanes, Pendones y Tarna.
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