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lunes, 22 de septiembre de 2014

Montaña de Montserrat, una montaña única en el mundo


Si habláramos de una montaña única, la mayor del planeta, centraríamos las miradas en la más alta de todas: el Everest. Pero en este caso no hablo de altitudes y además, el Everest tampoco es una montaña aislada sino que como bien sabéis pertenece a la cordillera del Himalaya. Yo me refiero a una montaña única, formada por materiales diferentes a las vecinas y que emerja altiva, solitaria, poderosa.




Probablemente la mente se nos fuera ahora del Himalaya hasta Australia y su famosísimo Monte Uluru (Ayers Rock). Si hablásemos de que esa gigantesca montaña fuera el monolito más grande del planeta, muy probablemente la mente seguiría pensando en la misma montaña roja del desierto central australiano. Pues bien, algunas teorías y autores apuntan hacia otro lugar. Un enclave mucho más cercano y familiar: la montaña de Montserrat, a apenas media hora de la ciudad condal.


Si habéis leído bien, la montaña de Montserrat (Barcelona), geológicamente hablando, es un gigantesco conglomerado de guijarros asentados en cemento calcáreo. Sus dimensiones de aproximadamente 10 kilómetros de largo por 5 kilómetros de ancho superan con creces a la rojiza montaña australiana (de 9,5 km. de contorno).

Desde un punto de vista geológico es pues una montaña sedimentaria como si fuera de una sola pieza pero fragmentada en parte por movimientos tectónicos y modelada en superficie por la erosión de los agentes externos. El resultado es una enorme montaña de aspecto dentado, aserrada (de ahí su nombre Mont-serrat), formada en realidad por infinidad de monolitos, agujas, bloques de roca, etc. que le dan el aspecto irregular de dientes de sierra pero siempre procedentes de una misma matriz detrítica. Su morfología irregular permite la existencia en su interior de barrancos y pequeños valles y nos referimos a ella como un macizo. Una gran “tarta rocosa” de superficie rugosa y excavada pero solitaria y aislada, tanto que estamos ante, probablemente, la mayor montaña del mundo.


El primer contacto visual con Montserrat ya nos hace ver su singularidad y a medida que nos acercamos a ella, el magnetismo que desprende, poderosa, altanera (con los 1.236 m de la cima del Sant Jeroni como punto más alto), singular; todos los ingredientes para un amor a primera vista. Además de referente natural, es también lugar de espiritualidad, de leyendas, de religión y peregrinación. Por todo ha sido desde siempre la montaña catalana por excelencia.


Para conocer la montaña mágica, os recomiendo una ruta que engloba ambos aspectos: naturaleza y religión, para pasar una jornada inolvidable en este emblemático parque natural. El Camino de la Santa Cova se antoja como la mejor opción para caminar en familia pues a la sencillez del camino (dificultad baja), sin apenas desnivel (120 m.), se une la existencia del funicular inaugurado en 1929 que salva el mayor desnivel de la ruta (momento inolvidable para los chavales, que, sobre todo en el camino de vuelta, pegan su nariz al cristal observando atónitos cómo el tren trepa por la empinada rampa). Por cierto que existe otro funicular que está aun más empinado, el que sube hasta la ermita de Sant Joan (a unos 1.000 de altura). Este funicular fue inaugurado en 1918 y permite visitar también l’ Aula de la Natura, un aula de naturaleza para conocer el medio natural del parque y con unas vistas de aupa.
Y ya que hablamos de funiculares y chavales, no dejéis pasar por alto la posibilidad de acceder a la montaña mediante el tren cremallera desde Monistrol de Montserrat (fundado en 1892). Ecológico y divertido a partes iguales.


El punto de partida y final de esta ruta es el monasterio de Montserrat. Se trata de un camino de ida y vuelta por terreno en ligero descenso hasta la capella de la Santa Cova. Allí, en la Santa Cueva, se encuentra la capilla en el lugar donde, según la leyenda, se encontró la imagen de la Santa María. Se trata de un camino ancho y cómodo, construido entre 1693 y 1704, flanqueado por esculturas religiosas dedicadas a los Misterios del dolor y de gloria, que recorre a media altura un tramo de la parte oriental de la montaña. Un par de puntos están acondicionados como miradores, aunque en realidad todo el camino es un constante balcón con excelentes panorámicas.

La ruta se puede completar en poco más de 1 h. pero os aconsejo realizarla con calma ya que permite conocer buena parte de la vegetación característica del parque natural. La montaña de Montserrat cuenta con 1.250 especies de flora y en ella crecen fundamentalmente encinas y en menor medida robles y pinos. Dominan las especies mediterráneas y cuenta con un sotobosque de matorral generoso.


Lo primero que llama la atención es la frondosidad de la vegetación en los canales y pequeños barrancos que se descuelgan por las paredes de la montaña. Allí, en las zonas menos expuestas al sol, crecen marañas vegetales formadas por encinas tapizadas de enredaderas y lianas. Esta ruta supone una buena oportunidad para observarla.


Más difícil será dar con alguno de los animales que viven en otras zonas de la montaña menos verticales (jabalí, garduña, gineta, ardilla roja, etc.). Las mejor adaptadas al relieve escarpado son las reintroducidas cabras montesas. Las aves rupícolas como los aviones roqueros o forestales como el zorzal, el diminuto reyezuelo listado, palomas torcaces o currucas, si serán a buen seguro compañeras de paseo. Un paseo, eso si, por la mayor montaña del mundo.

1 comentario:

  1. Sobre esa montaña hay mucho de q hablar, se dice q.ayi fue
    escondido el Santo Grial,es un bello parque nacional con una formación geológica muy particular,dando lugar a imágenes bellisimas

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