El parque natural Sierra de Grazalema se extiende a lo largo
de 51.695 hectáreas por el extremo sur de Andalucía, con algo más de dos
terceras partes de su superficie situadas en la provincia de Cádiz y el resto
por tierras malagueñas. Su geología se caracteriza por calizas y dolomías de
notable empaque, con las cimas más altas de Cádiz como techo (El Torreón; 1.654 m.) con formaciones geológicas propias de estas superficies como simas, grutas,
cuevas, dolinas, navas, desfiladeros, etc.
En el subsuelo del parque destaca por ejemplo el complejo
Hundidero-Gato, la cueva más larga de Andalucía donde reside además la mayor
población de murciélagos de España, que supera los 100.000 individuos.
Pero sobre este sustrato sobresale sin duda el apartado
botánico de la sierra. Las condiciones ecológicas marcadas por una continentalidad
del clima, con un verano seco y caluroso pero con una alta, altísima
pluviosidad el resto del año (con más de 2.300 mm. anuales es el punto donde
más llueve de la península Ibérica) permiten el desarrollo de una magnífica
representación de vegetación
mediterránea con tupidos bosques de encinas, alcornoques, quejigos, y algarrobos,
a los que acompañan otros árboles como acebuches, arces, etc. y arbustos como el majuelo, el madroño, el
lentisco, la aulaga, con interesante cortejo florístico de plantas aromáticas y
especies como la amapola de Grazalema, jaras blancas, eléboros, peonías,
rubias, etc.
Pero sin duda la especie más emblemática de la sierra y
responsable en buena medida de su declaración como parque natural en 1984 (Reserva
de la Biosfera en 1977) es la presencia del Pinsapo, una especie de abeto mediterráneo de excepcional
importancia, con copa piramidal y acículas que crecen en disposición
helicoidal. Este árbol llega a alcanzar los 20-25 metros de altura y una longevidad
superior a los 600 años. Su principal formación boscosa se encuentra en la vertiente
septentrional de la Sierra del Pinar, donde la humedad que necesita se mantiene
incluso en verano. Imprescindible la ruta del Pinsapar.
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Matagallo en flor |
En los cursos fluviales destacan los bien conservados
bosques de galería formados por olmos, sauces y álamos. Estos bosques de ribera
presentan una buena cobertura de trepadoras, helechos, musgos, etc. que dan
aspecto selvático a recorridos como el de la ruta del curso alto del Río Majaceite. Es un recorrido
sencillo, de 5 kilómetros (2 h.) entre Benamahoma y El Bosque. Es una ruta en
la que encontraremos a orillas del río construcciones ligadas al agua
(recomendable la visita al Ecomuseo del Agua en Benamahoma, junto al nacimiento del río) como batanes,
piscifactoría y molinos envueltas en el hilo musical del trino de ruiseñores, oropéndolas,
mirlos, lavanderas, currucas, etc.
A primera y última hora de la tarde, con suerte, podemos
tener el encuentro de excepción con uno de los
habitantes del río: la nutria.
Al final de este recorrido se encuentra el Jardín Botánico “El Castillejo”, en la
localidad de El Bosque. Una visita imprescindible para conocer más sobre la
flora de este parque natural.
Recorrer el parque natural Sierra de Grazalema en busca de
su flora es acercarse a un paraíso botánico donde crecen más de 1.375 taxones
diferentes, es decir, más del 25% de las especies de la flora española y más de
la mitad de todas las que crecen en Andalucía Occidental.
Os recomiendo el hotel Villa de Grazalema, que además está muy
bien situado para las rutas mencionadas.