Cuando el viajero se adentra en las Montañas
de Prades (Tarragona) penetra lentamente en un mar de colinas, de
suaves relieves tapizados por una densa cobertura vegetal. Se respira
Mediterráneo. Afloran los sentidos y las sensaciones.
Existen diferentes accesos al corazón de
estas montañas, donde la bella población de Prades (Bien de Interés
Cultural) ejerce de faro en este mar verde y aguarda al visitante con su
patrimonio histórico, cultural y, por supuesto, natural, en el corazón de la
Costa Daurada.
El acceso más habitual hasta Prades es por
el norte, desde Montblanc y l’Espluga de Francolí, con el magnífico
recibimiento del monasterio cisterciense de Poblet antes de comenzar a subir
por la carretera que remonta el encajonado barranco del Tillar, declarado
como Zona de Reserva (1998) dentro del Paraje Natural de Interés Nacional de
Poblet. Una vez en la parte alta de este tapiz de pino rojo, el viajero ya
siente que estas montañas, con su verdor perenne estival, le han conquistado
aportando una nota de frescor al estío. Huele a pinocha, a resina, a fragancias
mediterráneas. Pero la cosa no ha hecho más que comenzar, sólo hay que dejarse
llevar por estas estrechas carreteras que se abren camino a través del altiplano
de estos montes, atravesar poblaciones que parecen colgadas en el tiempo como Vilanova,
Albarca, Siurana, Rojals, Mont-Ral, Farena, Capafonts y tantas otras.
Una de las paradas urbanas imprescindibles,
la primera que nos encontramos ascendiendo por Poblet, es la villa de Prades.
Allí se encuentra el centro de interpretación de las Montañas
de Prades (y oficina de turismo). Y allí quiero proponeros hoy el comienzo
de un viaje por los sentidos a través de audiovisuales, módulos interactivos, y
equipamientos para descubrir toda la naturaleza a través de la vista, el oído,
el tacto, el olfato… De nuevo hará las delicias de los más jóvenes de la casa.
No en vano las Montañas de Prades acaba de obtener la certificación como
Destino Familiar.
¿Cómo suena la fauna de Prades? ¿y sus
arroyos? ¿Cómo puedo saber la edad de un árbol viendo sus anillos del tronco?
¿A qué huelen las diferentes plantas aromáticas que crecen en la sierra? Y en
cuanto al gusto, reservaos para las Patatas o la miel de Prades.
Por cierto, que cuando estéis por las Muntanyes
de la Costa Daurada no dejéis de visitar otros centros de interpretación
como el de los Frutos del Paisaje, en Ruidecanyes, o el de la Sierra Llaberia,
en Pratdip, por citar sólo un par de ejemplos.
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Capafonts. |
La segunda parada para los sentidos no queda
lejos, en Capafonts. A la entrada de esta población tarraconense situada
a 7 km .
de Prades se ubica el Àrea d’Interpretació del medi natural, que consta
de un punto de información y, sobre todo, de un recinto al aire libre donde
conocer de primera mano diferentes aspectos sobre la flora y la fauna local. En
un pequeño pero entretenido jardín botánico crecen algunas de las especies
vegetales más representativas de árboles: álamo, quejigo, avellano, arce,
castaño, cerezo, nogal, pino negro, pino rojo, pino blanco, encina…, de
arbustos: lavanda, tomillo, santolina, romero, madroño, boj, lentisco, brezo,
durillo… y también de algunas hierbas. Una explosión de color en primavera con
la llegada de las flores… y de muchas mariposas que en los meses primaverales y
estivales comparten cielo con infinidad
de pequeños pájaros. Diferentes paneles informan sobre algunas de las especies
más vistosas.
La tercera parada que quiero proponeros es
en Mas de Caret (Ctra. La Riba-Farena, km.11) a un cuarto de hora de
Capafonts, y está centrada en el olfato. En esta masía se organizan visitas
guiadas por su Parque de los Olores, donde las flores son las
protagonistas.
Las plantas huelen porque poseen unas
sustancias volátiles (perfume) en diferentes partes; generalmente en la flor,
pero también en tallos, cortezas, hojas, e incluso raíces. ¿Por qué? Para atraer a sus polinizadores,
fundamentalmente mariposas y polillas, ya que en este tipo de plantas el néctar
se segrega muy profundamente y es preciso poseer una lengua muy larga, como la
espiritrompa de los lepidópteros, para alcanzarlo. Hay un grupo de plantas con
gran cantidad de fragancia y las llamamos plantas aromáticas. Y una curiosidad,
las flores más coloridas son las que menos huelen ¿por qué? Porque el perfume
se produce a partir de la clorofila, el pigmento verde de las plantas, presente
en pétalos y hojas.
Habrá adivinado el lector viendo las plantas
que crecen en el jardín botánico de Capafonts que corresponden en buena parte a
especies mediterráneas. Así es, en las
montañas de Prades crece sobre todo vegetación mediterránea pero este espacio
natural encierra una grata sorpresa atlántica.
En efecto, en este rincón de Tarragona se
puede vivir una experiencia en la naturaleza que tiene que ver con los sentidos
y también con la posibilidad de caminar por un bosque único; único por ser más
propio de latitudes más norteñas y húmedas. Es el príncipe atlántico en un
reino Mediterráneo. Me refiero a roble rebollo (Quercus pyrenaica). Un itinerario circular de 4,7 kilómetros
permite recorrer sin dificultad y apenas desnivel (154 m .) en poco más de una
hora el robledal del roble rebollo. La ruta se inicia en el pueblo de Prades y
permite conocer cómodamente el único bosque de robles rebollos de Cataluña.
Y si os gusta caminar, pues aquí tenéis un
plato fuerte: el Camí Natural Muntanyes de Prades, un camino natural que
transcurre por zonas de cultivo, por zonas montañosas y por bosques ofreciendo
diferentes puntos de interés paisajístico, geológico y cultural. Distintas
comunidades vegetales, formaciones kársticas, restos neolíticos, ermitas y
pozos de hielo. Como veis una gran variedad de atractivos.
El camino principal tiene 27 kilómetros y
presenta diferentes tramos: el tramo de las Ermitas (St. Antoni, st. Roc y la
de La Mare de Déu de l’Abellera, patrona de los apicultores catalanes) con una
fantásticas panorámicas, el tramo de los Pozos de Hielo (en el término de
Prades hay tres de los cinco pozos de hielo), el tramo del “Tossal de la
Baltasana” –con 1.201 m .
es la máxima altura de las montañas de Prades- y del roble rebollo, el tramo de
los Castaños, el tramo del “Pla de la Guàrdia” y el tramo “Perelloner del
Cisterer”.
Además del camino principal existen otros 10 kilómetros en
ramales y son el camino de la Serra del Bosc, el Camí Vell de Montblanc y el
Camí dels Pics.
En definitiva un viaje para los sentidos en
las bellas montañas donde crece el único bosque de robles rebollos de Cataluña.
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