Pasar un día en el Aran Park no es ir al zoo. Aran Park es un parque
de naturaleza enclavado en una ladera próxima al alto del Portilhon (Bossòst) donde
los animales viven en semi-libertad en su hábitat natural. Alrededor de un par
de horas (para los más rápidos) lleva recorrer el sendero que se interna en el
bosque para contemplar las diferentes especies de animales que aquí viven.
Se trata de especies en su mayoría autóctonas, de forma que es una muy
buena forma de conocer de cerca la fauna del Pirineo. En sus instalaciones
cubiertas ofrecen también un aula de naturaleza magníficamente dotada de
paneles informativos e interactivos en la que profundizar sobre los ecosistemas
del Pirineo, sus hábitats, los diferentes tipos de bosque y ambientes, con sus
especies de flora y las especies animales que habitan en cada uno. Allí
conoceréis mucho sobre flora, fauna y paisaje pirenaicos pero lo mejor sin duda
es pasear al aire libre por el bosque mixto y el pinar naturales para
internarse durante un rato inolvidable en el hábitat de algunas de las especies
animales más representativas: osos pardos, rebecos, gamos, ciervos, corzos,
muflones, cabras montesas, lobos, urogallos, marmotas, linces boreales, etc. a
los que en el futuro acompañarán nuevas especies serán los anfitriones durante
el paseo. Y digo bien: anfitriones, porque la forma en la que el sendero avanza
en el bosque hace que nos sintamos invitados de excepción a la morada de cada
una de las especies. Esto se debe a que para verlos debemos entrar en sus
recintos y compartir bosque con ellos sin valla de por medio. No el caso de
animales peligrosos claro está, si no en el caso de herbívoros. Es lo más
parecido a un encuentro cara a cara en su hábitat natural y eso me gustó
especialmente. Entre recinto y recinto hemos de abrir y cerrar un par de
puertas y ¡¡listo!! ya estamos como invitados en la casa de los grandes
ungulados. Ya formamos parte por unos instantes de la manada de corzos, o de la
de ciervos, o de la de rebecos… una sensación muy agradable que todos los
integrantes de la familia (humana) disfrutarán de pleno.
Aran Park es sobre todo didáctico y ecoturístico, pero también sirve
como centro de estudio para determinadas especies. Es el caso por ejemplo de
las cabras montesas, con las que se está llevando a cabo un estudio sobre la
reintroducción de la especie en el Pirineo. Son cabras procedentes del sistema
central y vienen a ocupar el lugar que hasta un día hace no mucho, a comienzos
del siglo XXI, tuvo el bucardo en las montañas pirenaicas. El bucardo era la
subespecie de cabra montés propia del Pirineo.
En el apartado didáctico destaca la información repartida en
diferentes paneles y sobre todo las explicaciones que los expertos del centro
realizan por ejemplo con el oso pardo. Podemos ver y tocar por ejemplo la borra (el pelo del oso), y comprender
por qué el frío no es un problema para ellos. Ver también sus manos y pies, sus
garras, dientes, etc. y todo con la inestimable colaboración del propio animal
¿cómo? Mejor ir a verlo…
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