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jueves, 14 de agosto de 2014

La Albera, los hayedos más orientales de la península Ibérica

En La Albera crecen los hayedos más orientales de la península Ibérica


En las estribaciones orientales de la Cordillera Pirenaica, allí donde la gran barrera montañosa que separa Francia y España envolviendo Andorra, apenas acaba de levantarse y el olor a mar envuelve el ambiente hay reductos de una vegetación más propia de climas atlánticos y europeos: los hayedos. El haya (Fagus sylvatica) es un árbol extraordinariamente exigente en cuanto a humedad ambiental, no tanto en cuanto al suelo –pues es capaz de crecer en fisuras de rocas-, pero sus altos requerimientos de humedad son soportados por muy pocas especies. Gracias a la disposición de sus hojas captan la humedad y la lluvia conduciéndola por su tronco liso hasta el suelo, encharcando el sustrato. El haya, en su paso por la vida formando bosque, encuentra muy pocos compañeros de viaje. Son bosques generalmente monoespecíficos con pocas plantas acompañantes, normalmente herbáceas.


En plena Costa Brava, el paraje natural de interés nacional de la Albera ofrece algunos enclaves que reúnen las características necesarias para el crecimiento de bosques de haya. Vale la pena conocerlos ya que se trata, además, de los hayedos más orientales de la península Ibérica.
Alcornoques
Tortuga mediterránea

La vertiente sur del macizo de la Albera tiene dos zonas bien diferenciadas, la parte occidental donde crecen hayedos y robledales humedales (sector Requesens-Baussitges) y la zona oriental donde la influencia del mar Mediterráneo crea las características ambientales idóneas para el crecimiento de una vegetación más xérica, mejor adaptada al sol y la sequedad (sector Sant Quirze-Balmeta). Alcornocales y matorral mediterráneo protagonizan la cobertura vegetal del lado oriental, hábitat por otra parte idóneo para encontrar una joya animal como es la tortuga mediterránea (Testudo hermanni).

Sector Baussitges, donde crecen los hayedos más orientales.

Sorprende en un espacio natural relativamente pequeño encontrar la biodiversidad que existe en la Sierra de la Albera (tramo pirenaico desde El Pertús hasta el mar): alcornoques, encinas, tejos, robles pubescentes, hayas, castaños, arces de varias especies, abedules, mostajos, robles albares, fresnos, alisos, álamos temblones, etc. y entre los matorrales: madroños, acebos, enebros, jaguarzos, jaras, aulagas, brezos, etc.
Tortuga mediterránea en su hábitat.

Para acercarse a conocer los hayedos la mejor época es el otoño, cuando lucen todo su esplendor cromático de amarillos, ocres, naranjas y rojos. En verano el acceso está restringido como prevención contra posibles incendios. Los más orientales son los hayedos que crecen en el parte alta del barranco de Baussitges.


En cuanto a la tortuga mediterránea, una visita obligada es el Centre de Reproducció de Tortugues de l’Albera de esta especie existente en Garriguella. En este pequeño centro emplazado en el Santuario de la Madre de Dios del Campo, se puede conocer todo sobre la tortuga mediterránea, un auténtico fósil viviente, y el galápago leproso en este equipamiento dedicado al estudio, reproducción y reintroducción de la especie en su hábitat natural.


Otra visita imprescindible es al centro de visitantes del espacio natural, situado en Espolla. 

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