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Muflones, rebecos y marmotas fueron reintroducidos en el siglo XX. |
Durante siglos, peregrinos y vecinos (también los primeros
esquiadores) llegaban al santuario de
Núria por la espectacular senda que remonta la escarpada Garganta de Núria tras 4 horas de subida
desde el bello pueblo de Queralbs. Es el llamado “Camí vell” y se trata sin
duda de una de las rutas montañeras más emblemáticas del Pirineo. Su trazado es
compartido también por el GR11 a su paso por estas montañas del Pirineo de Girona. Aunque la ruta a pie
es más que recomendable, el cremallera de Núria ha facilitado notablemente el
acceso a estos valles glaciares. La ruta a pie tiene tres variantes (por el
Puente de Cremal, por Daió y por el Roc del Rui) y se puede emprender en
sentido de ida y vuelta o combinar con el cremallera. El tren cremallera, por
su parte, tiene cuatro estaciones (Ribes Enllaç, Ribes Vila, Queralbs y Núria),
y se trata de un recorrido de 12,5
km. que hará las delicias de cualquier pasajero (y
especialmente de los más pequeños) pues es uno de los trenes panorámicos de
montaña más espectaculares del continente.
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Lago y Santuario de Núria. |
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Lirio pirenaico |
Existen múltiples senderos por el entorno de Núria, como la propia
senda Transpirenaica de Gran Recorrido (GR11 y GR11.8) o el internacional
Transfronterizo (TRF) pero existen paseos y rutas más cortas que conducen a
enclaves de gran interés en el valle, como el Camí del Bosc, el Camí de les
Creus, el Camí de la Creu d’En Riba, Camí del Llac, Camí del Canal, o el Camí
de Les Coves. Entre los puntos de mayor interés en la zona del santuario están
el Coll i Turó de la Creu d’En Riba, el mirador del Via Crucis, el mirador de
l’Alberg, el Bosc de la Verge, el Torrent de les Molleres, peu del Canal de
l’Ortigar, Bosc de Sant Gil, Mirador del canal, la Cova de Sant Gil, el Canal
de la coma de les Perdius, etc. uno de los paseos más sencillos, idóneo para ir
con niños muy pequeños, es la senda que da la vuelta al lago de Núria, de aguas
oscuras y limpias donde vive la trucha autóctona.
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Remontando la garganta de Núria en el cremallera. |
Los paisajes rocosos de gneis, esquistos, mármoles, pizarras, etc. que
dominan la garganta se alternan más arriba con prados altimontanos y bosques
formados sobre todo por pino negro con sotobosque de rododendros, enebros,
arándanos y gayubas. Crecen en las solanas también matorrales de piorno y enebro.
En primavera y en verano las prímulas, gencianas y una larga lista de flores
llenan de color el valle de Núria. Entre todas ellas destacan el lirio
pirenaico consuelda amarilla -símbolo del valle-, la pastorcilla, el aster
alpino, el narciso de los prados y la hierba tora.
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Cremallera de Núria. |
El santuario se encuentra en el llano de Núria, en la confluencia de
dos valles glaciares, justo antes de la abrupta garganta. Un paisaje esculpido
hace miles de años de años en sus rasgos principales cuando las lenguas de
hielo llegaban casi hasta Queralbs y que se sigue moldeando a diario por la
acción de los agentes erosivos (viento, lluvia, nieve, hielo, etc.). El último
máximo glaciar pirenaico fue hace 60.000 años, en el Pleistoceno. Como
resultado, el entorno de Núria permite contemplar altas cumbres pirenaicas como
el Puigmal (2.911 m.),
el Pic de Finestrelles (2.828
m.), el Pic de Noufonts (2.861 m.) o el Pic de la
Fossa del Gegant (2.808 m.)
que dominan respectivamente los valles glaciares de l’Embut, Finestrelles,
Eina, y Les Molleres. Todos forman los dos valles glaciares principales por
donde corren los torrentes de Finestrelles y de les Molleres antes de unirse en
el llano de Núria, donde se encuentran el santuario y el lago, para formar el
río de Núria, que desciende vertiginoso por la garganta de Núria.
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En el estany de Núria vive la trucha autóctona. |
Junto al santuario y la estación del Cremallera se encuentra el
interesante Centro de Interpretación del
Valle de Núria, una primera visita imprescindible para conocer la historia
y el patrimonio cultural y natural del valle.
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Garganta de Núria. |
Núria ofrece una de las experiencias en la naturaleza más
gratificantes como es la posibilidad de observar
muflones –entre otras especies de fauna- en un entorno glaciar de fácil
acceso. La presencia del muflón (Ovis orientalis
subsp. musimon), como la del rebeco o la marmota, se debe a las acciones de
recuperación durante el siglo XX de especies que se habían extinguido en la
zona. Se observan con las primeras luces del día, pastando tranquilos en las
praderas. Si se sienten amenazados, no dudarán en buscar refugio rápidamente en
zonas escarpadas, donde se mueven a la perfección gracias al diseño de sus
pezuñas. Se trata de un mamífero ovino que alcanza una altura de cruz de 65-75 cm en las hembras y de 70-80 cm. en los machos, con un
peso de 25.35 kg.
y 35-55 kg.
respectivamente. Es relativamente pequeño, con una longitud total de 120-140 cm. Destaca su poderosa
cornamenta (sólo en los machos) que es una de las características más notables
de la especie. Se trata de cuernos permanentes o verdaderos cuernos, formados
por una estructura epidérmica queratinizada hueca. Las cuernas de los cérvidos
tienen un origen óseo y no son huecas sino que están formadas por hueso. Son
cuernas caducas que se caen y renuevan cada año.
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Muflones |
El hábitat idóneo para observar muflones y rebecos se encuentra entre
los 2.400 – 2.800
metros de altitud, en los prados del piso alpino. Los
rebecos o isards son más pequeños y, a diferencia del mufón, están emparentados
con las cabras. Cualquiera de las muchas rutas senderistas y caminos que se
mueven por esa cota altitudinal en el entorno de Núria ofrecen una buena
oportunidad de observarlos, especialmente a primera hora de la mañana. El mirador de l’Alberg, uno de los más
populares debido a su proximidad al albergue y al telecabina, es otro buen
punto de observación.
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