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martes, 15 de noviembre de 2016

El celo del rebeco en las montañas de Somiedo


Es cierto que a priori no goza de la popularidad ni la vistosidad de otros periodos de celo entre los grandes mamíferos ibéricos, tal es el caso de la berrea del ciervo o la ronca del gamo, pero los rebecos (Rupicapra rupicapra) se encuentran estos días con la “sangre alterada” y ofrecen a los ojos del ecoturista una experiencia inolvidable. Una más en la pródiga naturaleza ibérica en esto de  deparar momentos únicos a los amantes del turismo de observación de la naturaleza.

A finales de octubre y primeros de noviembre tiene lugar el celo del rebeco y uno de los mejores enclaves para observarlo es en las montañas del Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Somiedo (Asturias). Dura aproximadamente unas tres semanas (ya está dando los últimos coletazos por lo que a este año respecta), pero es un acontecimiento, aunque corto, muy atractivo y relativamente fácil de observar. Con relativamente fácil me refiero a que en esta época del año, con las primeras nieves otoñales que anuncian la pronta llegada del invierno, los rebecos descienden a cotas más bajas. Abandonan sus riscos calizos de la alta montaña para descender a los prados altos de los valles y zonas boscosas. 


En esas praderas abiertas, salpicadas de zonas pedregosas que tanto gustan a estos bóvidos equilibristas, tienen lugar escenas como las que ilustran este reportaje.  Los machos, de carácter solitario o con menor frecuencia en grupos con otros machos durante el resto del año, se acercan a los grupos de hembras y crías para formar su propio harén (oscila entre 3-10 hembras) y defenderlo frente a otros machos. Es entonces cuando el ajetreo reproductor y las carreras por los prados se suceden. Machos que persiguen a otros machos para defender lo que consideran suyo. Llegado el caso chocarán sus cabezas provistas con diminutos cuernos ganchudos, nada que ver con las  enormes cuernas de venados y gamos, para demostrar se fuerza y espantar al invasor a empujones. El tamaño de los cuernos, aunque también con la edad –cada año crece un nuevo anillo córneo-, está muy relacionado con la alimentación, siendo mayor en los machos mejor alimentados, algo que las hembras saben elegir a la hora de seleccionar al padre de sus hijos…


El macho vencedor persigue incesantemente a la hembra, olisqueando su orina para ver si está en celo, balando para llamar su atención. Levanta la cabeza y emite sonidos haciendo vibrar el labio inferior para llamar la atención de la hembra; luego se aproxima con la cabeza agachada, la boca abierta, olisqueando… hasta que ésta emprende un trote huidizo y es preciso volver a aproximarse a la espera de que ella acceda. Tras el cortejo, las hembras quedan preñadas y entran en un periodo de gestación de unos 5 meses para dar a luz en primavera, cuando los rigores del invierno hayan pasado.


El celo del rebeco es otro de esos atractivos de las montañas cantábricas (y pirenaicas) que la naturaleza depara y uno de los muchos atractivos naturales del parque natural de Somiedo. Acércate a disfrutarlo.

lunes, 22 de agosto de 2016

Anfibios de Redes



La Reserva de la Biosfera de Redes (Asturias) es célebre por sus bosques de haya y de castaño. Cierto. Formaciones boscosas interminables en un magnífico estado de conservación. Casi el 40% de los bosques son de castaño. Y Hayas, muchas hayas en las umbrías, que llegan a ocupar la cuarta parte del parque natural y Reserva de la Biosfera de Asturias. Pero no es menos cierto que el otro recurso natural protagonista de este espacio natural protegido es el agua.


No es raro si pensamos en los altos requerimientos de agua que requiere el haya, el árbol más exigente en cuanto a necesidades hídricas de cuantos crecen en España y en el continente europeo. No agua de lluvia (que como es lógico también agradece), sino como humedad ambiental. La niebla es el ambiente óptimo para el desarrollo del haya, que sabe cómo captarla con la disposición de sus hojas y el tronco liso. Almacena tanta agua a sus pies que poquísimas especies de plantas pueden acompañarla en su crecimiento. Son contadas las especies que resisten su compañía… y claro esa agua tarde o temprano fluye, corre por las escarpadas laderas de las montañas de Redes, se abre paso por sus prados, se desmorona desde cortados rocosos en forma de cascada (El monumento natural del Tabayón del Mongayo es el máximo exponente del parque), forma ríos como el Nalón, el curso fluvial más importante del Principado de Asturias. Y también se remansa; en embalses, pozas naturales, zonas encharcadas, abrevaderos…



Y si el haya tiene pocos “amigos” vegetales, el agua sí que hace las delicias de todos por cuestiones obvias pero sobre todo de una clase de mamíferos para la que supone una necesidad vital: los anfibios. Vale la pena acercarse a la Reserva de la Biosfera de Redes para disfrutar del agua y de las diferentes especies de anfibios que se pueden encontrar: desde la rana verde (embalse de Rioseco) hasta las varias especies de tritones (alpino en Lago la Caballuna y Ubales;  ibérico en Ubales, jaspeado en la ruta del Alba…), sapo común, sapo partero o la salamandras común y rabilarga, etc.

miércoles, 8 de junio de 2016

Lagos de Somiedo

 
Lago de Cervériz
Los Lagos de Somiedo son sin duda el puñado de lagos de alta montaña más famoso de la Cordillera Cantábrica. No les faltan motivos, les sobran más bien.
Lago de la Cueva, el primero de los lagos de Saliencia.

Y son también uno de los principales recursos naturales del parque natural de Somiedo (1988) y la posterior Reserva de la Biosfera de Somiedo, la Reserva de la Biosfera pionera en Asturias y una de las primeras en ser declaradas en España (año 2000).

Cabanas de Teito en el Valle de Lago

Los popularmente conocidos como Lagos de Somiedo fueron además declarados Monumento Natural (2003). Se encuentran repartidos en la cabecera de dos valles somedanos, el Valle de Lago y el Valle de Saliencia, así que podemos referirnos a ellos más acertadamente como el Lago del Valle y los lagos de Saliencia. Con accesos diferentes, una ruta (PR.AS15 y PR AS15.1) permite eso sí enlazar el conjunto lacustre entrando por un valle y saliendo por el otro. Una serie de paneles informativos se encargan de que el visitante  saque el mayor provecho interpretativo al recorrido por este rincón osero. Si te gustan los paisajes de montaña, salpicados de lagos multicolores, prados repletos de flores y cabañas de pastores (cabanas de teito), pocos recorridos senderistas son más fotogénicos que éste.

Lago del Valle, con su isla interior.

Se puede hacer la ruta empezando por el valle de Saliencia para caminar los 7 kilómetros (ida y vuelta) desde el Alto de la Farrapona hasta el lago Cervériz. El trazado es sencillo, con unas suaves rampas que salvan el desnivel entre el lago de la Cueva, el primero que aparece, la laguna Almagrera o La Mina (estacional) y, ya arriba, el lago de Cervériz en un cómodo caminar por pista de tierra. Desde el lago Cervériz hasta el lago de Calabazosa un sendero bien indicado permite acercarse hasta este último gran lago. De regreso al de Cervériz, una senda posibilita acceder como he comentado anteriormente al Valle del Lago y llegar al bello Lago del Valle.
Pista por el Valle de Lago
Lago del Valle

Geológicamente hablando los valores que convierten al conjunto lacustre de Somiedo en monumento natural asturiano tienen que ver, sobre todo, con los vinculados a su origen glaciar. Se trata de lagos de circo glaciar conectados por valles glaciares entre los que se erige un macizo calcáreo repleto de formaciones erosivas kársticas: dolinas, poljes, lapiaces, uvalas, etc.

Y es precisamente el conjunto lo que se reconoce como monumento natural del conjunto lacustre de Somiedo: los lagos de Saliencia (La Cueva, La Mina, Calabazosa o Lago Negro y el lago de Cervériz), el Lago del Valle y la alta montaña situada entre ellos.
 
Lago de la Cueva y senderistas subiendo a la zona de Calabazosa y Cervériz.
El capítulo botánico también es importante en este monumento, especialmente la flora ligada a la vegetación acuática, con especies amenazadas como la potentilla arbustiva (Pentaphilloides fructicosa subsp. floribunda), la cola de caballo variegada (Equisetum variegatum) y la cinta de agua (Triglochin palustris). Además de estas especies y las comunidades acuáticas de lagos y lagunas, destacan la vegetación de turberas de cárices (Carex sp.) y esfagnos (Sphagnum sp.)
Valle de Lago

¿Y respecto a la fauna? Pues nada más y nada menos que oso pardo, nutria, y otras especies más fáciles de ver como el rebeco, el águila real, el alimoche, el gorrión alpino, el acentor alpino, las chovas piquirroja y piquigualda, etc. Entre los anfibios: tritón alpino, tritón palmeado, salamandra común, sapo común, sapo partero, rana bermeja y rana patilarga.


Si no los conocéis, no dudéis en acercaros hasta ello pero antes un aviso: la cámara de fotos trabajará de lo lindo…