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domingo, 22 de febrero de 2015

Gruta de las Maravillas, por las tripas acuáticas de Aracena

Pisolitos en la sala conocida popularmente como Salda de los Cristales
“Veo cosas maravillosas”. Estas fueron las famosas palabras que pronunció Howard Carter cuando, el 26 de noviembre de 1922, al introducir la luz de la llama de su lámpara por el pequeño hueco abierto en la pared de la tumba intacta de Tutankamón, sus ojos quedaron fascinados por los destellos dorados y reflejos que las piezas del tesoro del joven faraón egipcio producían tras 3.000 años de secreto. Y cosas maravillosas son las que esperan al visitante que cruce el portalón de la calle del Pozo de la Nieve s/n, en la localidad onubense de Aracena porque, tras la puerta de madera con aspecto de un portal más de la citada calle, se encuentra en realidad la entrada a la Gruta de las Maravillas, el tesoro natural de la Sierra de Aracena.
El Gran Salón
Estalactitas

Aquí las cosas maravillosas son estalactitas, salas, estalagmitas, lagos, gours -bañeras o charcos en el suelo de la cavidad-, coladas, pisolitos o bolas calcáreas  en los lagos o charcas, columnas –formadas por la unión de una estalactita y una estalagmita-, excéntricas -estructuras de caprichosas formas estrelladas o de erizo-, etc. elementos y formaciones con el agua y la roca calcárea como protagonistas. Y es que las tripas de Aracena están repletas de agua, como el resto de una sierra que da de beber a muchas poblaciones andaluzas, incluida la capital sevillana.


La Gruta de las Maravillas es una cueva de desarrollo horizontal con tres niveles, el más profundo a 100 metros bajo tierra. Se trata de un auténtico espectáculo visual modelado en las entrañas marmóreas del Cerro del Castillo que desde hace un siglo se muestra a los incrédulos ojos del visitante que, como el arqueólogo Howard Carter en el valle de los Reyes, no dan crédito de cuanta belleza tienen delante.


El emblema geológico del parque natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche fue la primera cueva abierta al turismo en España (1914). La visita turística abarca algo más de la mitad de la longitud de la cueva, en concreto 1.200 metros de sus 2.130 m. de longitud, que se recorren aproximadamente en 45 minutos. La Sala de las Galerías, el Gran Salón, la Sala de la Catedral, el Baño de la Sultana, la Sala de la Esmeralda y Cristalería de Dios, la Sala de los Garbanzos o Los Desnudos, son sus principales atractivos. 

Las que más me impresionaron fueron el Gran Salón por sus descomunales dimensiones, que se observan perfectamente desde el fondo de la sala a medida que ascendemos para regresar al primer nivel, y la sala de la Esmeralda y Cristalería de Dios, con pisolitos de grandes proporciones bajo un agua cristalina magníficamente iluminada.



El mundo tuvo que esperar 3.000 años para contemplar el tesoro de Tutankamón, nosotros sólo 45 minutos para quedar rendidos ante tanta belleza subterránea.

4 comentarios:

  1. ¡Qué buen reportaje Alfonso!. De la guía mejor no comentar nada ¿no? ;)

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  2. Muy espectacular y poco conocido (al menos para mí), a ver si se acuerdan de grutas de este tipo que hay por nuestra geografía cuando se hacen los listados de Internet Las cuevas más espectaculares de la Tierra

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  3. Es cierto que es mucho menos conocida de lo que cabría esperar, sobre todo porque creo que tiene méritos más que sobresalientes para que, como dices, esté en esas listas... saludos

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