El pasado día 2
de este mes se celebró el Día Mundial de los Humedales. El año pasado por estas
fechas cinco nuevos humedales se incorporaron a la lista Ramsar: Ría de
Villaviciosa (Asturias), las lagunas de Campotejar y de Las Moreras (Murcia),
las saladas de Sástago-Bujaraloz (Zaragoza) y los Tremedales de Orihuela
(Teruel); así que ya tenemos 73 humedales dentro del convenio Ramsar que ocupan
una extensión total de casi 297.000 hectáreas .
Los dos primeros
humedales en ser declarados en España (1982) fueron Doñana y las Tablas de
Daimiel, y en el segundo es donde me quiero detener hoy.
Existen varias
rutas para visitar este ecosistema de tablas fluviales que un día fuera
abundante en el centro de la península y que hoy se muestra espléndido y lleno
de vida en el espacio natural que mejor lo representa.
¿Cuál proponeros? Pues quizá la última en
incorporarse a las rutas de uso público del parque. Se trata de la ruta del
Molino de Molemocho. Un corto y cómodo paseo señalizado con el color magenta
(frente a las rutas amarilla, azul y roja). El recorrido desde el aparcamiento
hasta el molino, como puede verse bien en el mapa del parque nacional editado
por el CNIG y Parques Nacionales, es de apenas 500 metros y transcurre
sobre una pasarela de madera. En su inicio ofrece una buena panorámica de
conjunto sobre la laguna Permanente y la Madre del Guadiana.
La bienvenida al
molino nos la da el imponente puente de cuatro ojos que salva el río para
conducirnos por su pétreo empedrado hasta la puerta del molino de Molemocho,
uno de los molinos hidráulicos harineros más antiguos de Castilla – La Mancha.
Una excelente obra de rehabilitación del conjunto formado por el edificio y el
puente permite al visitante imaginarse cómo debió ser esta gran obra en su
mejor momento. En el interior (que puede visitarse bien de forma libre o guiada
pero siempre de acuerdo con el Centro de Visitantes del Parque), se encuentra
una exposición sobre la vida en Las Tablas y los diferentes aspectos de la
relación hombre-agua.
En el exterior
del molino una barandilla de madera sirve de observatorio ornitológico sobre la
zona inundada en la que nadan zampullines, somormujos, cercetas, azulones,
patos cuchara, porrones… y un buen número de ánsares como los de las imágenes.
Cerca, en las orillas, suelen permanecer apostadas cigüeñas y garzas.
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