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domingo, 13 de marzo de 2016

Fotografiando las cumbres de Las Ubiñas-La Mesa

Cae la tarde sobre las paredes en las inmediaciones de Entrago

El gris de la piedra caliza siempre ha ejercido un poder hipnótico en mí. Quizá por la fuerza que desprende la roca desnuda con sus brillos y fisuras. La sensación de dureza que transmite una roca que no obstante es tan moldeable y sensible a los agentes erosivos externos como es la calcárea, fundamentalmente el agua. Ese poder de hipnosis se acentúa en los días claros, cuando el gris y el azul del cielo ofrecen esos contrates tan nítidos, mostrando esos perfiles tan perfectamente delimitados. Tonos grises con más o menos componente blanco que se torna naranja con las primeras y últimas luces del día, cuando el sol despide la jornada iluminando con fuerza los rincones apicales de las cumbres calizas de Las Ubiñas – La Mesa. Me encanta este lugar y sus moles rocosas de más de dos mil metros, esa mítica cifra montañera en la península Ibérica. Aquí son varias las cimas que superan esa altura y sobre todo una: Peña Ubiña, con sus 2.417 metros de altitud, marcan el carácter de las montañas de esta porción del Principado de Asturias ubicada en el extremo sur de su región central. Un lugar magnífico para el binomio montaña-fotografía pues el macizo de Las Ubiñas-La Mesa es el segundo más elevado de la Cordillera Cantábrica, tras los Picos de Europa; ambos comparten, eso sí, su corazón calizo.
Al fondo del valle, la poderosa silueta de Peña Ubiña,

Son muchos, muchísimos, los alicientes naturales que atesora esta zona integrada por los concejos de Teverga, Quirós y Lena. Por aquí se mueven osos, lobos, ciervos… y su biodiversidad e importancia natural es tan notable que goza de varias figuras de protección (Reserva de la Biosfera, parque natural, etc., así como un par de monumentos naturales de carácter geológico en sus tripas de piedra).

Hoy el protagonismo del post lo tiene las cumbres del parque natural, y ahí la lista para fotografiar es también amplia. Me decanto por las, a mi juicio, más fotogénicas y en esta selección personal, me decanto por Peña Ubiña, y sus diversos ángulos para inmortalizar, La Mesa y La Tesa, dos cimas de curiosa forma aplanada y las montañas por las que se abre paso el río Teverga en las inmediaciones de Entrago.
Cara oeste de La Mesa

Peña Ubiña parece resistirse hasta el último momento a mostrar toda su belleza y no es hasta que se está frente al pueblo de Tuiza Riba, cuando la montaña aparece bien visible a los ojos del visitante. Aun así el mejor lugar para fotografiarla es desde su base, donde se encuentra el refugio. En esta pradera nada se interpone entre la mole caliza de Peña Ubiña y la cámara. Fantástica y contundente.

Otro buen lugar para fotografiarla es mediante la aproximación por el este, desde las alturas del valle del río Huerma, en las proximidades de la cabecera del arroyo del Valle Morea.
Muy cerca de allí se encuentra el puerto de la Cubilla. Desde este fantástico alto (también llamado L’alto l’Palo), al que se llega por carretera local, Peña Ubiña no es accesible a la vista pero si los singulares perfiles de La Mesa y La Tesa, que rozan los dos mil metros de altitud. Es desde las inmediaciones de Riospaso y Tuiza de Abajo, desde donde se tiene la primera visión de esta pareja de cimas. A medida que subo hacia el puerto dando vista a su vertiente occidental, el aspecto de estas montañas va cambiando paulatinamente. Un aspecto que en nada se parece a la vista de su vertiente meridional desde los puertos de la Ballota. Aunque en estas imágenes ya se aprecia con claridad la diferencia, lo mejor es acercarte a estos parajes para comprobarlo.
Cara sur de La Mesa


Y despido el día con las últimas luces sobre el desfiladero de Entrago. Hace varias horas que el sol ya no ilumina la orilla del río, pero desde aquí arriba, en los puertos del Marabio, el astro rey todavía me brinda una inolvidable despedida sobre esa roca caliza grisácea que me tiene hipnotizado. 

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